lunes, 19 de abril de 2010

LOS CUARTELES DE INVIERNO

Siguiendo una expresión muy utilizada por un amigo empresario ante la incertidumbre de la crisis, "Replegarse a los cuarteles de invierno" , me gustaría comentarla con la llegada de la primavera.

Para empezar vallamos a Wikipedia a buscar un término de significado similar.

Hibernación

Murciélago, Myotis mystacinusen hibernación.

"La hibernación es un estado de hipotermia regulada, durante algunos días o semanas, que permite a los animales conservar su energía durante el invierno. Durante la hibernación el metabolismo de los animales se hace lento hasta un nivel muy bajo, además de tener una temperatura corporal y frecuencia respiratoria inferior a lo normal, usando gradualmente las reservas energéticas almacenadas en sus cuerpos durante los meses más cálidos."


Respecto a la expresión que da título al artículo, la historia nos ha enseñado que el no replegarse ante un duro invierno cuando las reservas son escasas, nos puede llevar a la derrota total. Son casos claros de no haber tomado esta decisión los de Napoleón y Hitler.


Hoy, bien entrada esta generosa primavera, es hora de salir de los cuarteles a reponer las reservas energéticas. Generosa para los animales y agricultores, no para el común de los empresarios incapaces de ver esos brotes verdes (en el campo son más que brotes pues ya encontramos espárragos). Sea como fuere no nos queda más remedio que salir a buscar el alimento para nuestras empresas.


Durante el invierno nos habremos planteado varias opciones:

- Esperar a que pasen las nieves con una frecuencia respiratoria inferior a lo normal, reduciendo los gastos al máximo. Confiados en la vuelta, sino al escenario de opulencia anterior, sí a un escenario sostenible.

- Entender el escenario actual como el normal a medio plazo, donde la empresa no podrá sobrevivir sino se adapta.

- Ver una ruptura del mercado sin vuelta atrás, generadora de un nuevo entorno, donde ya no son válidos muchos de los modelos de negocio actuales. Por tanto, ya no valdrá solo adaptar, tendremos que transformar, crear, hundir y volver a construir muchas veces.


¿Cual es el valor de mi empresa?

Seguro que nuestra empresa tiene muchos y grandes valores, empezando por el capital humano. Seguro que sabemos hacer muchas cosas más de las que hemos venido haciendo hasta ahora. Seguro que podemos mejorar y optimizar muchos procesos.

Pero mi empresa no vale nada sin mis clientes. ¿Qué quieren mis clientes de mi empresa? ¿Cómo puedo aprovechar el conocimiento sobre ellos para ofrecerles algo realmente atractivo?

Seguro que no nos hemos portado todo lo bien que deberíamos con ellos. Estábamos tan ocupados en llenar los almacenes para no romper stock que ahora nos ha roto las cuentas.


Nuestras empresas "saben hacer", los clientes no se han muerto y el dinero no lo han quemado ni está en los bancos según dicen. Salgamos a buscar espárragos esta generosa primavera.