Nos adentramos en una nueva década determinante en los cambios de patrones de comportamiento relacionados con nuestra vida social, laboral, cultural y personal. Cambios abismales que vienen empujando en los últimos años capaces de romper hábitos milenarios. En un principio, a los que se nos ha pasado el arroz. nos producirán vértigo. La mejor reacción, será como siempre, entusiasmarnos y decidirnos a la “transformación” para seguir jugando en la liga. En los próximos diez años, tendremos un gran segmento de consumidores potenciales a los que les han salido los dientes en internet. Muchos de ellos, ocuparan cargos directivos en las empresas. A mi no me han salido los dientes en internet, pero tengo claro, la importancia de ponerme una ortodoncia durante el tiempo que haga falta.
Algunos cambios;
Los libros en papel pasarán a formar parte del romanticismo. Se coleccionarán por mero placer. Veamos lo sucedido con las fotografías o con la música.
La comunicación gráfica de nuestra empresa perderá el poder del tacto, también impulsada por la sostenibilidad.
El teletrabajo parcial se instalará en nuestras vidas a marchas aceleradas. Las oficinas solo tendrán que tener una sala de reuniones, por eso de lo personal. La videoconferencia será permanente con nuestro entorno de trabajo y con nuestro entorno social.
La ergonomía del hogar cambiará. El diseño de los muebles se realizará en función de usos, no de almacenamiento.
Los cables desaparecerán. Si acaso solo tendremos uno potente con el que conectarnos con el mundo.
La formación en habilidades se centrará en habilidades en la red. Tendrá prioridad sobre el lenguaje no verbal el leguaje en la red.
La formación será compartida, los problemas serán compartidos.
Las redes de empresas supranacionales se consolidarán como modelos de empresas compartidas.
Seguiremos pensando apasionadamente.
No se porque hablo de futuro si ya es presente.