martes, 8 de junio de 2010

La riqueza de las naciones, Adam Smith 1776

"El hombre que pasa toda su vida llevando a cabo operaciones sencillas (...) no tiene la oportunidad de ejercitar su entendimiento ni su capacidad de invención (...). Por lo tanto, pierde naturalmente la costumbre de ese ejercicio y, en general, acaba convirtiéndose en un ser tan estúpido e ignorante como pueda llegar a serlo un ser humano. El sopor de su mente no sólo le hace incapaz de disfrutar, o de intervenir, en cualquier conversación racional, sino también de concebir algún sentimiento generoso, noble o tierno."