domingo, 6 de mayo de 2012

El modelo se rompe

Unos artículos atrás, hablaba de la adecuación del estado a las nuevas necesidades de racionalidad. Hoy leo la banca rota de las Autonomías e intento adivinar si tanta medida de ajuste no contribuirá solo a alargar la vida del enfermo.

Este cambio veloz y traumático que estamos viviendo, nos supera como nos han superado las nuevas tecnologías. Hemos adaptado nuestros hogares de clase media a clase sobreviviente. Nuestras empresas, de el sky line de Nueva York al apartamento sin alquilar que compramos en la voragine. Nuestra nevera, del delicatessen en novedades lácteas al vaso de leche. Nuestro desayuno, de mil y un cereal con compuesto propio de astronauta a las magdalenas.

Y somos igual de felices.

Tan solo hay pequeñas cosas imposibles de adaptar: las cuotas de los préstamos de los bancos y la desproporcionada subida de los costes variables. Esto no se ha adaptado a los tiempos actuales actuando como un nudo corredizo en nuestra economía. Y si de lo que se trata es precisamente de ajustar los costes para reflotar el mercado, con la soga al cuello, difícilmente podremos pensar en algo + que no sea subsistir.